domingo, mayo 14, 2006

¿Un acto surrealista?

(Este comentario no tiene relación con el tema del mal. O sólo la tiene tangencialmente) Hace unas semanas leí en el blog de Francisco Herrera una anotación sobre el apaño del último premio Alfaguara de novela y recuerdo que me extrañé de que aún hubiera quien se escandalizara por cosas así. Y hete aquí que llega a mis manos la novela que ha ganado el último premio Biblioteca Breve y me doy cuenta de que mi capacidad de indignación no está del todo agotada. He de decir que si encontráis algo energúmeno el tono de este comentario se debe sólo a que acabo de terminar de leerla; quien haya pasado por tan dura prueba sabrá entenderme. No diré ni su título ni quién la escribió, cada cual tiene el derecho de sacar el mayor provecho de su talento o de su, como en este caso, carencia de talento; sólo diré que en mi triste ranking se sitúa justo por debajo de los otros dos engendros que por el prurito de ser justo a la hora de comentarlos con los amigos hice la tontería de leer: La sombra del viento y El código da Vinci. Me creáis o no, os aseguro que sólo la terminé por la morbosa curiosidad de saber si lo que hasta ese momento había leído podía ser empeorado en las siguientes páginas, e increíblemente siempre lo era. A quien sí quiero nombrar es a los miembros del jurado que perpetró el fallo: Rosa Regás, de la que creo que aún debe ser jurado de muchos Planetas y muchas Bibliotecas Breves para purgar la pena de haber sido editora de Juan Benet, Adolfo García Ortega, Manuel Longares, Pere Gimferrer y Caballero Bonald (que el mismo Dios nos guarde a partir de ahora de sus golpes de pecho). No me atrevo a escribir que la literatura que se publica en España es la menos interesante y arriesgada del mundo porque no conozco lo que se hace en Tailandia o en Rumania, pero tampoco puedo evitar pensarlo. Y el caso es que el número de talentos debe ser estadísticamente el mismo de siempre. O hay que volver a creer en la degeneración de la raza o aquí pasa algo. Culpar de esto a la democratización del gusto o al imperio del mercado no vale (del todo); algunos de los escritores actuales más arriesgados vienen de Estados Unidos, de las mismas entrañas del mercado. Estoy seguro de que se escribe una excelente literatura en España, pero ¿dónde encontrarla? Y ahora que lo pienso, ¿no se habrán propuesto las Regás, los Gimferrer y los Caballero Bonald de turno seguir la vieja consigna surrealista y acabar de una vez por todas con la cultura? Si es así, bueno, entonces la cosa cambia. Mario Gómez

8 Comments:

At 5/15/2006 02:16:00 a. m., Anonymous Anónimo said...

¿Un acto surrealista es escribir pulgar por purgar y poner links de fuentes inexistentes?

Pregunto.

 
At 5/15/2006 09:22:00 a. m., Anonymous Anónimo said...

Surrealismo, cuántos crímenes se comenten en tu nombre.

Creo que Don Mario estaba tan enfadado con el último Biblioteca Breve (de breve memoria, espero) que se lo comieron las (er)ratas.

Efectivamente, el enlace correcto es http://laletrasinsangre.blogspot.com

Y donde dice pulgar debe decir purgar, así como donde dice Ginferrer, debe escribir Gimferrer.

Santa Ira.

 
At 5/15/2006 11:38:00 a. m., Anonymous Anónimo said...

Tenéis toda la razón; la santa ira es mala consejera a la hora de escribir (y de poner enlaces). Prometo hacer penitencia.

 
At 5/15/2006 12:35:00 p. m., Anonymous Anónimo said...

La inclusión en la lista de muñidores de premios fraudulentos (una lástima que no se hablara de este tema en el 5 guineas 01) de la Regás y el Pere me recuerdan al estupendo cuento de Juan Marsé (quién te ha visto y quién te ve, y perdonen el ripio ripioso) Bocaccio, incluido en Teniente Bravo. Toda la gauche divine barcelonesa totalmente en pelotas. Viva la ignominia.

 
At 5/17/2006 05:01:00 p. m., Blogger Alexandrós said...

Forzando la hipótesis que sostengo,en el mundo editorial los premios servirían para aumentar los beneficios por vía fiscal así que la calidad habrá que buscarla en otro sitio

 
At 5/18/2006 09:07:00 p. m., Blogger Magda Díaz Morales said...

Es muy triste que esto suceda. Se supone que los premios se dan para galardonar obras que lo merecen totalmente. Cada día estamos mirando que no es así, ya los fraudes están en todas partes. Pobre cultura...

 
At 5/23/2006 03:15:00 p. m., Anonymous Anónimo said...

Una duda, Mario, cuando dices que la literatura más arriesgada viene de los Estados Unidos ¿en quién estás pensando exactamente? Es verdad que hay más o menos jóvenes autores que son grandes contadores de historias, Eugenides, Franzen, Lethem, Moody, Saunders, pero ¿innovadores? No sé, no sé. Lo que sí han conseguido es obviar una estupidez del tamaño Premio Nacional de Literatura y bobadas por el estilo. Claro que disfrutan de las suyas propias.

 
At 5/24/2006 11:12:00 a. m., Anonymous Anónimo said...

Pensaba en escritores como De Lillo o Pynchon (si entendemos generosamente eso de "escritores actuales"). Reconozco, Francisco, que de los que nombras sólo he leído a Franzen que, desde luego, no me parece muy innovador. También pienso en Denis (o Dennis, aquí hay que tener mucho cuidado que si no los UsA te ponen los puntos) Cooper. No tiene buena prensa pero me parece interesante.
Lo que quise decir en mi comentario es que "hasta" en EEUU hay literatura que intenta ser innovadora; la hay en Latinoamérica y la hay en Europa. ¿Por qué en España es tan poco arriesgado lo que suelen publicar las grandes editoriales? Me temo que estamos padeciendo una epidemia de planetitis aguda que se extiende más y más.

 

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