miércoles, abril 12, 2006

Naturaleza caída

Antes de la caída, dice san Agustín, todos los movimientos del cuerpo estaban regidos por el alma, que se nutre de la esencia de Dios. Por tanto, si ahora nos encontramos a merced de caprichosos movimientos de partes del cuerpo, es consecuencia de una naturaleza caída, apartada de la divinidad. Hombre lento, J.M.Coetze.
Por lo que he podido saber, hasta el día de su muerte en 1929, la pinga del negro gozó como una cotizada obra de arte expuesta al disfrute de negras, blancas, mulatas, solteras, viudas y casadas de toda condición que corrieron aquellos años por el 14 de la neoyorquina calle Chambers -algunas de ellas, todavía en vida, son mis verdaderas cronistas-. La creciente popularidad del desarrollo sostenible de la pinga en aquel año de crisis económica hizo de él un fenómeno de cierto interés social, y sus poderes estuvieron en boca de acalorados comentarios en garitos clandestinos, donde se discutía si era ostentado con elegancia y sin presunción. Por esto, aquella noche, aunque los pocos a los que la policía permitió ver el cadáver se fijaron bien en el negro pene del negro, a nadie le llamó la atención que éste estuviera visible. Como si ese fuera su estado natural. Sin embargo, no sería hasta 1984 cuando saltó el escándalo. Con motivo de la venta de la antigua central de la policía neoyorquina, numerosos archivos fueron arrojados al East River, donde apareció por primera vez la fotografía acompañada de la autopsia del cadáver. Muerte por envenenamiento (lo constata la hinchazón de su vientre) de un hombre negro al que posteriormente le ha sido mutilado el pene. Entre el momento de la fotografía y su autopsia alguien se adueñó del preciado objeto. En aquel momento no se pudo hacer más que apuntar a la corrupción policial. Pero lo que nunca nadie imaginaría es que muchos años después el miembro, en perfecto estado de conservación, iba a ser reconocido en España por una nostálgica anciana norteamericana entre las obras de arte incautadas a Eric el belga. Flotando en un líquido viscoso mantiene un leve movimiento pendular que parece ser añoranza de un tiempo pasado mejor. A su lado, una falsa pero viva imagen de un reflexivo san Agustín lo observa. El problema que ahora se plantea es sobre el lugar que ocupará, si debe ser expuesta o no. Nuestras autoridades han elegido este blog para recoger algunas sugerencias. ¿Se os ocurre algo?

5 Comments:

At 4/12/2006 08:43:00 p. m., Anonymous Anónimo said...

Escudándome en el anonimato (SN) puedo asegurarles que Eric el Belga robaba de encargo y que envié a mi anciana amiga americana porque yo soy muy vergonzosa y tengo auténtico pavor a ser reconocida.
Espero francamente, y desde esta tribuna así lo expreso, que no deseo que se haga público algo que formó parte de mi intimidad.

Y ya de paso, les aconsejo a ustedes la lectura (ad hoc) del cuentecito ‘La Señorita Coynte de Greene’ de Tennessee Williams dentro de ‘Ocho mortales poseídas’ en (Alba Ediciones)

Atentamente SN

 
At 4/12/2006 09:15:00 p. m., Blogger Danae said...

Estaba pensando precisamente en ese cuento...

 
At 4/13/2006 03:05:00 p. m., Anonymous Anónimo said...

Hombre José Antonio, qué alegría tenerte por aquí. Ahora, que hayas aparecido justo en este post me da qué pensar.

Un saludo.

 
At 4/13/2006 03:47:00 p. m., Anonymous Anónimo said...

Por eso justo antes posteé en el de Mario.

 
At 4/17/2006 09:05:00 p. m., Anonymous Anónimo said...

Me han dicho, aunque no estoy seguro de que esto sea del todo cierto, que esta reliquia reposó durante años junto al brazo incorrupto de Santa Teresa. Creo que el dueño de la casa le tenía especial veneración. Pero igual son sólo maledicencias.

 

Publicar un comentario

<< Home