jueves, marzo 23, 2006

Henry James y L'Oreal

Enhorabuena, Mario, por el artículo de ayer y muchas gracias por sacar a la luz al maestro del siglo XX, al gran engendrador de la prosa actual. Siempre ando quejándome de que no leemos bastante a Henry James, de que se está quedando (quizá por su propia culpa) en autor de museo, clavado con sus alfileres entomológicos al corcho del pálido erudito, algo que probablemente a él mismo no le hubiera importado demasiado. Todavía no he encontrado a nadie, ni siquiera a San Marcel Proust, que sea capaz de transcribir las circunvalaciones y complejidades de las relaciones humanas. Proust es el mejor a la hora de hablar de sí mismo, James lo supera cuando se trata de sumar uno y uno y convertir al ser humano en ser social. Es verdad que la carcasa principal de sus artefactos literarios parecen quedarse en esa espuma de papel couché (así pasa con las transcripciones fílmicas de sus novelas) pero detrás de ese andamio anecdótico está el herraje lingüístico hecho de un toma y daca entre personajes de carne y tinta. Estos roles-idea (en sus libros casi no ocurre nada y el suceso se limita a lo puramente formal) van intercambiando pareceres con una complejidad exuberante que nadie hasta ahora ha sabido superar (al menos por mi experiencia de lector). De algún modo, James saca a la novela decimonónica de su interés por lo realista para llevarla a la problemática de lo real. El autor enfrenta la cuestión desde varios frentes, pero el que quiero destacar aquí es el que intenta desplazar los límites de la realidad (perdón por el topos tan manido) más allá de lo puramente razonable. Otra vuelta de tuerca y El altar de los muertos (mejor este último) son dos ejemplos claros de esta intención. Por otro lado me sorprende el desdén con el que muchos de los modernistas de su patria adoptiva lo trataron, en especial Virginia Woolf, que no fue precisamente benevolente con él, quizás por (o incluso a pesar de) la amistad que unía a Leslie Stephen con Henry James. Francisco Herrera

7 Comments:

At 3/24/2006 07:57:00 p. m., Anonymous Anónimo said...

Gracias, Francisco.
A mí también me asombra esa capacidad que tiene James de mostrar lo más complejo de las relaciones sociales. En el texto anterior quería destacar ese otro don suyo, tan sorprendente como el primero, de atravesar la malla del juego social y llegar hasta lo incomprensible.
Me da la sensación que de tanto afinar su mirada, James alcanza por momentos la inocencia, y, claro, ésta es muy difícil de expresar. Su bisturí tiene que detenerse ahí. Lo veo en esos relatos (los que comentamos Danae, tú y yo) en los que ha de limitarse a marcar el perímetro de algo vacío. Como en esos espacios en blanco que aún eran frecuentes en los mapas de su época.

 
At 3/24/2006 08:54:00 p. m., Blogger Danae said...

Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

 
At 3/24/2006 10:53:00 p. m., Anonymous Anónimo said...

Gracias, Danae, por señalar la imperdonable errata. Sin querer he convertido a Virginia en una loba.

 
At 3/24/2006 10:55:00 p. m., Anonymous Anónimo said...

Normalmente me abstengo de hacer cualquier comentario acerca de errores tipográficos, pero con este, perdonádme, tengo que hacer una excepción: devolvedle a Virginia todas sus o's, por favor. (este mensaje se autodestruirá automáticamente, gracias)

 
At 3/24/2006 10:57:00 p. m., Blogger 5guineas said...

Perdona, Danae, que haya subido de nuevo tu mensaje autodestruido, pero me parece importante que haya transparencia en el blog y no quiero que nadie piense que estamos eliminando mensajes de ningún tipo. Ahora, si quieres que lo quitemos, dínoslo y lo anulamos el hilo.

 
At 3/24/2006 10:58:00 p. m., Blogger 5guineas said...

Anulamos el hilo quería decir. Creo que tengo una rata en el teclado.

 
At 3/25/2006 10:33:00 p. m., Blogger Danae said...

Nevermind. Es sólo que no quería parecer quisquillosa (risas).

 

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